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Lentes fotográficos, u objetivos.


Publicado por Arturo Guevara Escobar

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Un lector de “Formato y lente”, me cuestionó el uso de término “lente fotográfico”, dejando el siguiente mensaje:

“quién puso esa estupidez de "lente fotográfico". El concepto correcto es, y ha sido toda la vida Objetivo. No vengan con barbarismos ridículos”

Independientemente de la forma, el punto que plantea “Jperezdulce” me parece interesante. Lo primero que hice, fue recurrir a uno de los empaques de mis equipos fotográficos. En el que aparece escrito: “lens”, “objectif”, “objektiv”, “objetivo”, “obiettivo”; tendría que darle un tanto a favor de “Jperezdulce”. Parecería que se trata de un problema de traducción. 

Empaque de producto Canon.

Como segundo paso, realicé una investigación en algunas páginas web de fabricantes de artículos fotográficos, todas en su versión en español. Sony usa el término lente; Canon usa lente; Olypus usa objetivo; Nikon usa lente; Panasonic usa lente; Kodak usa lente; Samsung usa lente; y Tamron usa objetivo. Desde el punto de vista publicitario los dos términos se usan, y probablemente para no confundir a sus consumidores se prefiere “lente”. Es claro que hablamos de “lentes fotográficos”, y aun cuando solo se use la palabra lente, se sobreentiende el uso de fotográfico por el contexto. De nuevo le daría otro tanto a “Jperezdulce”… 


Captura de la página Nikon México, productos lentes.
http://www.nikon.com.mx/Nikon-Products/Camera-Lenses/index.page

Entonces, pasemos a la literatura en español, encontrando tres definiciones genéricas:

 1.- Objetivo: Sistema de lente(s), montura y diafragma. El diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española define objetivo en su uso óptico: Lente o sistema de lentes de los instrumentos ópticos, colocado en la parte que se dirige hacia el objeto.
2.- Objetivo: Lente.
3.- Objetivo: dispositivo óptico que forma la imagen.

Es necesario acotar más específicamente que es un “objetivo”, para determinar el uso de la palabra, en la literatura técnico científica encontramos:

Objetivo: elemento físico que concentra los haces de luz a fin de crear una imagen.

Una vez que podemos definir que es...  podemos decir: esencialmente un “objetivo” es: un agujero, orificio, hueco, que tiene la función de crear una imagen. La forma más sencilla de comprobarlo es fabricando un objetivo. Para lo cual solo necesitamos dos hojas de papel, una negra y otra blanca, en la primera, hacemos en su centro un orificio de medio centímetro de diámetro, no es necesaria su exactitud en medida ni en circunferencia, luego pegamos las hojas en uno de los extremos de manera de hacer una bisagra entre las dos. Buscamos una ventana desde donde podamos ver el cielo bien iluminado, un día despejado es lo ideal, colocamos la hoja negra previamente perforada, de manera paralela a la ventana, de forma que la hoja blanca caiga hacia nosotros (hacia atrás), sujetar la hoja negra con una mano es suficiente, con la otra mano iremos levantando la hoja blanca, conforme las aceramos oblicuamente, en la hoja blanca se va formando una imagen, un trapecio de color azul, en el caso que nuestro cielo estuviera contrastado con algunas nubes, estas aparecerían como manchones blancos. La sencillez del experimento crea distorsiones en la perspectiva y una imagen difusa, pero es suficiente para ejemplificarnos lo que es un objetivo en óptica.

Algunos resultados en cuanto a literatura buscando lente fotográfico.

Formas más desarrolladas y eficaces son: una cámara fotográfica estenoscópica, que adquiere su nombre de “estenopo” el diminuto orificio que sirve de objetivo óptico; o con una cámara obscura, ambos caso son objetivos sin lentes. El “objetivo”, no solo es una parte esencial del mecanismo de una cámara fotográfica, lo encontramos en los microscopios, telescopios, catalejos, teodolitos, etc. En óptica, al cristal que funge como objetivo se le llama: lente objetiva, o lente objetivo; también existen las lentes condensadores, difusoras, oculares, etc. Lo cual quiere decir que en el conjunto de lentes formando el “objetivo”, solo una lente tendría la función real de ser objetiva; y al resto del sistema se le nombra por concomitancia.

¿Por qué se llama “objetivo”?

El conocimiento del principio de la cámara obscura es muy antiguo, aunque se le reconoce como tal a partir del renacimiento italiano (siglos XV-XVI). La carga filosófica para la elección del nombre parecería más importante que un factor técnico, el dispositivo captura y transforma secretamente la imagen, además de ser una imagen fiel en apariencia: “objetiva” de la realidad; convirtiéndose la cámara oscura en una metáfora de la realidad objetiva. El “objetivo” filosófico es perfecto en su esencia, no crea aberraciones, ni requiere corregirse; sin embargo el objetivo óptico demostró ser imperfecto, por lo tanto desde el punto de vista filosófico no es objetivo. El desarrollo tecnológico de la óptica aplicada, irá creando mecanismos cada vez más complejos en el afán de obtener imágenes objetivas. En el momento de la invención del Daguerrotipo, el objetivo óptico había sido remplazado genéricamente por un lente simple, existiendo ya un uso ambiguo entre “objetivo” y “lente”. Estos lentes simples, eran empleados de manera indiferente así en cámaras obscuras, o microscopios o telescopios, sin existir diferenciación entre ellos, a no ser su diámetro. De hecho la industria dominante era la fabricación de microscopios, y de ahí provienen los ópticos y matemáticos que se irán interesando y especializando, en el diseño y fabricación de lentes adecuados a las nacientes necesidades fotográficas, surgiendo los fabricantes de lentes fotográficos.

Independientemente del uso de las palabras “objetivo” o “lente” para definir un instrumento óptico, quien se especializa en su producción es el “fabricante de lentes fotográficos”, entre los primeros, se encuentra el matemático Jozef Maximilián Petzval, iniciando su cálculos para lentes de uso fotográfico en 1839, un año después en colaboración con la firma Voigtlander & Sons, saldría al mercado. El diseño de Petzval era muy similar al que de forma contemporánea diseña Chevalier, pero de prestaciones muy superiores, dándole viabilidad económica a la naciente fotografía, al reducir considerablemente el tiempo de exposición. Chevalier opto por un sistema de dos lentes dobles cementados, al que llamó: “objectifs doublés a verres combinès”, objetivos dobles de cristales combinados. Mientras el diseño de Petzval se conoce mundialmente como: “portrait lens”, y todas su derivaciones como: “lentes Petzval”; aunque en alemán su nombre fue: “Porträtobjektiv”. Parecería que nos encontramos nuevamente al principio de la investigación, con un problema de traducción. Sin embargo Chevalier es muy claro, su instrumento está compuesto por dos objetivos, cada uno creado por dos lentes cementados; entonces el instrumento se debería llamar “objetivos” y no “objetivo”, y el diseño de Petzval se compone de tres objetivos. En instrumentos más complejos como los actuales, no solo podemos encontrar grupos de lentes funcionando como objetivos, el diafragma y el obturador de iris también lo son, inclusive el tubo de la montura. Habiendo en el instrumento tantos elementos funcionando como objetivo, habría una razón dominante para llamarlo en conjunto “objetivo”.

Como conclusión: el uso de las palabras “objetivo” y “lente” para definir un instrumento óptico usado en fotografía, es una convención; esto quiere decir una norma aceptada tácitamente, por eso, una u otra elección según el idioma, o la necesidad específica del mensaje, en cualquiera de las dos opción se necesitaría acotar según el contexto, posteriormente al leer es importante entender el contexto antes de llamarlo barbarismo, ridículo o de otra forma similar. El “concepto” que da origen al uso de la palabra, es un ideal, en la práctica un fenómeno óptico que se podría llamar de otra forma. Técnicamente, el término es “lente objetiva”; dado que no todas las lentes pueden funcionar como objetivos, ni todos los objetivos implican un lente; en la literatura de corte científico así se usa, la pregunta sería porqué la literatura dedicada a la fotografía no lo hace. El mismo purismo lingüístico lo podríamos aplicar a la "cámara fotográfica", o simplemente "cámara", y decir que el concepto correcto es, y ha sido toda la vida "cámara oscura"; lo cual no sería realmente objetivo.

Por último le daré la razón a “Jperezdulce”, aunque no en el sentido estricto de su planteamiento, pasemos a la filología. El origen de la palabra “objetivo”, se encuentra en la raíz proto-indoeuropea: i̯ē- : i̯ə-. “hacer, proyectar”. 



Esta raíz nos explicaría por qué, el nombre del juego y objeto conocido como yoyo; dos círculos unidos por un eje, donde se enreda un hilo que permite al objeto ser eyectado e inyectado alternativamente. Yacer, es el estado de un objeto proyectado que ha dejado de tener inercia; y jactar, es el movimiento efusivo sin objeto. Objetar, es dejar sin inercia un proyecto, y aquello que objeta, se convierte en obstáculo; el obstáculo, obstruye; por tanto sujeta, y obturar es obstruir. Todo aquello que podemos proyectar, es un proyectil, por tanto un objeto; todo aquello que nos induce a proyectar es un objetivo, y hacemos porqué proyectamos un objetivo. Yacer y hacer son los estados contrarios del proyecto, el movimiento intencionado y la ausencia del movimiento intencionado. No les parece un bonito juego de palabras. 


Regresemos a la fotografía, pero sin alejarnos de la filología. A partir del significado original de la raíz (ie-), entendemos como se va ramificando su especialización, y el sentido correcto de su uso. A la visión, se le entiende como una proyección desde tiempos muy remotos, por eso al interés de observar se le llama sujeto u objeto; en la fotografía lo que enfocamos (lo que ponemos en la luz), el interés de fotografiar, es el objeto. Sí se dieron cuenta observar y objeto, comparten la misma raíz en un substrato muy antiguo, no en lo obvio (lo que se encuentra frente a los ojos). Algún filólogo podría pensar que estoy haciendo una interpretación simplista, normalmente la raíz de observar se localiza en (ser-: proteger); como en las palabras: reserva y preservar. Inclusive se ha sugerido que puede ser el origen de la palabra héroe (protector). Hay otros grupos de palabras que se agrupan en la raíz: (ser-: fluir), como: cera; en (ser-: alinear), como: serie o desertar; en (ser-: al frente), como: frontal; y (ser-: asir). Por otro lado está la raíz (yer: temporada, ciclo), como en: hora o ayer. Todas tienen que ver con la noción de movimiento hacia el frente, de la misma forma que arrojar, proyectar. 


A la palabra observar se le define en relación a la visión como: mirar con atención. A mirar en algunos casos se equipara a observar, sin embargo se trata de una observancia ligera, no muy atenta, así tenemos una gradación de la atención prestada al objeto de forma creciente desde ver-mirar-observar. El máximo de atención visual se define como observar, en otras palabras asir, sujetar con la vista. Y observar una ley no es precisamente mirarla atentamente…sino sujetarse a ella, y observar un objeto para protegerlo, es sujetarlo para no perderlo. 


La cámara obscura en el renacimiento tenía el objetivo (meta, intención) de recreara una imagen objetiva de la realidad, que podía ser copiada mediante la calca. En la astronomía servía para ver fenómenos en detenimiento que a nuestra vista estaban vedados, como observar un eclipse de sol. El aparato fotográfico va más allá, tiene la pretensión de asir, sujetar, observar, las imágenes de una forma perdurable. La meta del aparto fotográfico es apresar, capturar, constreñir, a las imágenes, que son un ente dinámico, sobre un medio fijo. El fotógrafo literalmente es un cazador de imágenes, su arma y trampa la cámara fotográfica. Puede crear confusión; pero, la presa, la herramienta y el fin, se llaman igual, objetivo. Como diría “Jperezdulce”: el concepto correcto es, y ha sido toda la vida para la fotografía en su objetivo, poder observar cuantas veces queramos sin alteración del tiempo, a nuestras imágenes cautivas (yacentes).



Vidrio de Jena o vidrio con óxido de Bario.


Publicado por Arturo Guevara Escobar

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El vidrio óptico es el material predominante en los lentes fotográficos así como en otros instrumentos ópticos. Siendo un material altamente transparente al espectro visible de la Luz y con propiedades refractivas. Hasta 1880 existían dos tipos de vidrio adecuado para ello conocidos como: Crown, nombre que se le da en Inglaterra al vidrio común, y significa “vidrio con corona”, o “vidrio en corona”, en su proceso de producción la masa caliente de vidrio se hace girar en una barrilla hasta convertirse en un disco plano, con una superficie ligeramente convexa, su uso en Europa se conoce desde el siglo XIV, cuando un grupo de familias de la Normandía mantenían el monopolio de su fabricación; y Flint, “pedernal”, también llamado “cristal”, o “cristal de plomo”. El vidrio Crown se produce básicamente fundiendo óxidos de silicio y calcio. El más refractivo vidrio de pedernal, se logra añadiendo oxido de plomo a la mezcla, y de ahí su nombre. El vidrio “Flint”, tomó su nombre del antiguo proceso de fabricación, donde se usaba como materia prima pedernal calcinado. El proceso fue desarrollado por el inglés George Ravenscroft en 1675, y eventualmente le permitió a Inglaterra convertirse en el productor líder de vidrio en el mundo.

Los primeros lentes fotográficos no podían de manera simultánea ser corregidos en las aberraciones de color y el astigmatismo. Los trabajos pioneros de los alemanes Ernst Abbe, profesor universitario y director del observatorio de Jena, y posteriormente socio de la firma alemana Carl Zeiss, en colaboración con Otto Schott quien había establecido con apoyo gubernamental su taller en la misma ciudad de Jena, dieron como resultado una nueva gama de vidrios con las propiedades necesarias para el diseño de los primeros lentes anastigmáticos y anacromáticos.



En 1879 Schott desarrolló un vidrio a base de óxidos de litio que poseía propiedades ópticas novedosas, compartiendo el descubrimiento con Abbe cimentó una larga y fructífera relación profesional. En 1884 en sociedad con Carl Zeiss, fundan el Glastechnische Laboratorium Schott & Genossen, en Jena, trabajando en compuestos incluyendo bario, boro, fosforo y fluorita, para incrementar el factor de refracción sin incremento de la dispersión de la Luz, entre 1887 y 1893 desarrollan los vidrios de Borosilicato y los de Bario (crystals of barium) estos últimos serían la base de una revolución en la producción y diseño de instrumentos ópticos. Los óxidos de Bario aumentan la densidad, el índice de refracción y brillo, y mejora la sonoridad; también actúan como estabilizantes.

En 1889 el Doctor Paul Rudolph diseñador de Zeiss Jena logra la posibilidad de simultáneamente corregir las aberraciones esféricas y el astigmatismo, con un lente llamado Anastigmat, a partir de ahí en 1902 surge el famoso lente Tessar, ninguno de estos adelantos sería posible sin los cristales con óxidos de Bario; Zeiss mantendría la patente durante veinte años, permitiendo la licencia a Ross en Inglaterra, Bausch & Lomb en los Estados Unidos y Krauss en Francia.

Otro importante fabricante de lentes alemán, Goerz de Berlín, bajo el diseño de Emil von Höegh en 1892 patentan el Double Anastigmat Goerz que para 1904 se conocería por el acrónimo Dagor; un diseño prácticamente idéntico al Anastigmat de Rudolph, se produciría bajo el nombre de Statz Anastigmat Series VI, para ser rápidamente remplazado por un cuádruple anastigmático Serie VII, conforme otros fabricantes iban sacando nuevos lentes anastigmáticos Zeiss pierde el registro de la marca y sus lentes son rebautizados como Protar.

Los trabajos de Abbe y Schott durante los años de subsidio gubernamental prusiano a la industria óptica de Turingia, y posteriormente por el gobierno alemán, habían surgido con la finalidad de mejorar la calidad científica y técnica del Reich, pero sobre todo buscar la independencia de los productores ingleses de vidrio, Chance Brothers, Birmingham y de Feil de París. Para 1900 Carl Zeiss, Jena, se había convertido en un estándar mundial. Los alemanes a diferencia de sus competidores ingleses, buscaron un justo equilibrio entre el conocimiento y reconocimiento de la labor artesanal, y del desarrollo científico, colocando a su propia industria en poco tiempo a la par de la inglesa y posteriormente superándola. No fue un camino terso, intervino claramente el apoyo que cada una de las naciones prestó a su industria con un sentido de visión, del desarrollo tecnológico en la producción de materias primas, del diseño de lentes, y de los instrumentos en donde aplicarlos, la guerra de patentes y contratos comerciales, tanto en el ámbito civil como militar.

La producción de los cristales de Bario en los talleres de Schott en Jena fue un monopolio mundial hasta la primera guerra mundial; a partir de 1914 Inglaterra logra avances para conseguir vidrios de calidad comparable a los producidos en Jena, aunque estos seguirían siendo el estándar por un buen tiempo. En los Estados Unidos se empeñan en la tarea de buscar un substituto redituable después de 1917. Esto se vio forzado por las circunstancias de la guerra, los instrumentos ópticos de visión y medición eran esenciales para el esfuerzo bélico. La industria óptica alemana se vio como parte de un proceso de posicionamiento nacionalista, y de expansión económica para la naciente potencia europea.

La hegemonía industrial sobre la producción del vidrio y de sus derivados tecnológicos, llevaron al reconocimiento de ciertas zonas geográficas, inclusive a ser considerados sus nombres tanto como sinónimos de “vidrio”, así tenemos a Murano, Bohemia, Sevres...
¿La ciudad de Jena, en Alemania llego a obtener dicho estatus?

En la actualidad encontramos clasificaciones del vidrio como:

Duro
Flint
Ligero
Pyrex
Borosilicato
Farmacéutico
Supremax
Etc.

Uno de ellos “Vidrio de Jena”; el 12 de mayo de 1966, en España se impugnó la denegación para el uso comercial de la marca “Vidrio Jena”; que se encuentra en la literatura científica española desde los años 1930. ¿El uso del término “vidrio Jena” o “Vidrio de Jena” se refiere al material que hemos estado nombrando: “cristales con óxidos de bario”…?

No, el material actual conocido como “Vidrio Jena” es un vidrio neutro de gran resistencia a los agentes químicos y de bajo coeficiente de dilatación, se utiliza en la fabricación de utensilios para laboratorio, como matraces y termómetros. Por lo tanto se debe tener cuidado cuando se quiera referir al “vidrio Jena” (sodio-magnesio-aluminio-boro silicato de zinc) o a los cristales de uso óptico a base de bario (Barium crown, Jena 227. Silicio-sodio-potasio-zinc-magnesio-bario-boro) , ambos surgidos de los laboratorios de Abbe y Schott.





Los trabajos de Abbe y Schott, no tenían en específico la finalidad de obtener mejores lentes fotográficos, sino mejores instrumentos ópticos, con ese derrotero emprendieron la tarea de conocer mejor su materia prima, el vidrio; llevando los conocimientos artesanales y la maestría manual de su producción, a un nivel científico, ello dio como resultado una variedad de nuevos productos que en términos genéricos llevaron el nombre de vidrio de Jena (ver tablas: Jena Glass anf it's scientific and industrial aplications, 1902) , por ser creados y producidos en la ciudad alemana de Jena. No solo el de Bario, o el neutro (vidrio de Jena; inglés: Jena glass; alemán: Jenaer glass), también un vidrio resistente al calor que conocemos ampliamente como “pyrex”, o el vidrio de seguridad y muchos más.

A finales de 1946, la planta de Zeiss y Schott en Jena quedó bajo control soviético, siendo en un 94% desmantelada y junto con la mayor parte de su personal llevada a la Unión Soviética; sin embargo la mayor parte de la documentación y de sus patentes quedó en manos de los norteamericanos quienes inicialmente ocuparon la planta en abril de 1945.