Ni viejas, ni amarrillas; el virado.


Publicado por Arturo Guevara Escobar en

Sin comentarios

.
Lamentablemente, en el siglo XIX, se introdujo la producción a gran escala de papel a partir de pasta de madera y blanqueado con ácido clorhídrico. La apariencia de este papel era y es inmejorable, una preciosidad, cuando es nuevo, claro, demasiado tentador como para no usarlo... Junto a los blanqueadores ácidos, el uso de colas de apresto, también ácidas y el exceso de lignina, que con el tiempo vuelve al papel muy frágil y amarillento, crean un material que no aguanta el paso del tiempo. Para mediados del siglo XX la mayor parte del papel se producía con este proceso.

Aparte del daño irrefutable causado a los impresos, la pérdida de sus contenidos, ha creado un estereotipo sobre su apariencia: “coloración amarrilla= papel viejo. Por fortuna los papeles fotográficos no cayeron en la tentación fácilmente y no sufren del mismo deterioro, aunque no se ven libres de los estragos del tiempo. A una fotografía no se le puede relacionar con la ecuación: amarrillo=viejo.

Los papeles emulsionados para las fotografías por muchos años adolecían de una estabilidad química en si mismos, por lo cual era menester pasarlos por un proceso de inalterabilidad. Durante el cual se alteraba en pequeña o gran medida su apariencia cromática, con una variada paleta, desde negros neutros y grises, hasta verdes ó azules, pasando por ocres y dorados.

Era y es un proceso laborioso y delicado, con el riesgo de perder el trabajo impreso cuando no se hace correctamente, no todos los fotógrafos lo realizaban, por su costo y dificultad. La técnica era conocida como Viraje y la podemos relacionar con calidad.

Con la aparición de papeles estables dejo de ser una necesidad, y poco a poco se fue perdiendo la maestría en su aplicación, aunque por un tiempo en las impresiones mecánicas se busco recrear las tonalidades del viraje, llegó el momento de su olvido. En la actualidad es extremadamente raro encontrar quien maneje el virado. Sin embargo como vuelta al pasado, son varias las cámaras digitales que entre sus muchas funciones recrean las tonalidades sepias del viraje. No solo es una opción estética, el viraje tiene otra cualidad; al optar por un color óptico (amigable a la vista) el contraste es menos radical, permitiendo un mayor detalle de los medios tonos y sombras, imprimiendo mejor las texturas y cambios de luz.

Teoría de la Operación.

Cuando el papel sale de la prensa y ha estado expuesto á la luz durante el tiempo debido está impresionado y lleva una imagen (visible ó invisible, según la clase de papel). De todas maneras, es preciso que esta imagen se haga inalterable con el fin de que pueda conservarse. En efecto, cuando el papel ha recibido la acción de la luz se ha formado una figura con la plata metálica (negros), con la plata metálica y cloruro de plata (grises) y con cloruro de plata (blancos). Hay que sustituir á la plata con un metal que se altere menos al aire: generalmente se escoge el oro; también se utiliza el platino, como veremos más adelante. Es lo que se llama operación del viraje. Después del viraje. Se fija la figura en una solución de hiposulfito de sosa.

Enciclopedia del Fotógrafo Aficionado, de Jorge Brunel, Madrid 1902.


El oro por su gran resistencia a la oxidación es el producto ideal para el viraje, y no confundirse con el color aparente de la materia prima, que el resultado final podría catalogarse como acto de magia.

Para dar un efecto es preciso que el cloruro de oro esté transformado en protocloruro; los álcalis promueven la transformación y el percloruro tiene una acción eficaz. De un baño neutro ó débilmente alcalino, obtenemos tonos azulvioleta; del baño alcalino, purpúreos, y del débilmente ácido, negro. Luego es menester eliminar la acides lavando con agua carbonatada. Un cloruro de oro en una solución de acetato de sosa nos sirve para tonos grises medios. Uno con cloruro de aluminio par tonos morenos oscuro á rojo.

En algunos caso las formulas requieren de procesos de blanqueamiento y eliminación del nitrato de plata no transformado.

Sí uno busca un tono negro brillante es buena la fórmula Vogel de baño de platino; uno platinado sin ser negro una formula de uranio.

Oro, platino, uranio… parece ser caro a parte de tedioso; efectivamente y por lo mismo existen formulas económicas, como el siguiente virofijador:

Agua hirviendo ……………………1.000 c.c.
Hiposulfito de sosa……………..300 gramos.
Alumbre de potasa ……………..100 -------
Nitrato de Plomo ………………...10 -------

Se deja reposar 24 horas y se filtra.

Agua caliente …………………….1.000 c.c.
Sulfocianuro de amonio……..100 gramos.

Después que se enfría, se mezclan las dos soluciones:

Solución B

Agua destilada …………………….500 c.c.
Cloruro de oro puro …………..1 gramo

Para el uso se toman:

100 partes de …………………….A
5 partes de …………………….B

Cuando las pruebas han adquirido el color deseado se sacan, se lavan en agua corriente y se dejan secar.

No tratamos de dar clases de química, sino de ejemplificar lo complejo y delicado del proceso, más aun cuando se hacía en laboratorios improvisados en un cuarto de hotel, como lo llego a hacer Aurelio Escobar C., él y Heliodoro J. Gutiérrez durante los primeros decenios del siglo XX solo trabajarán material virado.

Inclusive sus tarjetas postales siendo de bajo costo eran viradas.

Leave a Reply